mercredi 20 décembre 2006

S E V E R I N A, soy.



Mi abuela... hija de familia con aire de provincia. Construyó su prole ladrillo a ladrillo, con mano dura, cosiendo la carne de sus vástagos con aguja conservadora y un delicado hilo revolucionario.
¿Se habrá atrevido a soñar húmedamente con Villa o Zapata?

Mi nana... sumisa ejemplar. Creció, se desarrolló y morirá esclava de lo que nunca se atrevió a formar: su propio nido.
¿Cuántos golpes serán suficientes para hacerla vibrar?

Mi madre... la niña predilecta de su padre. Sola se sintió libre, pero deseó tener una muñeca de barro para moldear a capricho, mas le faltó agua tibia a su creación y volvió a estar sola.
¿Se dio cuenta de cuán incestuosa fue con sus hermanos?

Yo... soy tradición con delirios de rebeldía, soy la sumisión que domina, soy caprichosamente libre, soy un caos deliciosamente ordenado.
¿Como todos los demás?



Bienvenidos a este laberinto, mío, suyo, nuestro.